
COSMO VISIÓN MAYA SOBRE EL PARTO
Cuando llegaba el momento del nacimiento, era de costumbre preparar antes la habitación, colocando una sábana blanca y sobre ella, hierbas. Alrededor del lugar eran colocadas imágenes de la «diosa Ixchel o Ixchéel», pretendiendo invocar su protección. Además, en cada esquina se encendía fuego y quemaban incienso.

Cuando llegaba el momento del nacimiento, era de costumbre preparar antes la habitación, colocando una sábana blanca y sobre ella, hierbas. A
Para el parto, los familiares y el padre del bebé tenían que estar presentes. La posición de la embarazada influía mucho al momento de ser asistida, ya que podría haber una o varias parteras para asistir.
Según la cultura maya, la mejor forma de dar a luz era en posición de cuclillas o agachada, pero se acostumbraba que el esposo la sostuviera por debajo de los brazos o bien, la mujer se abrazaba a la cintura del marido.
Al finalizar el nacimiento del bebé, el cordón umbilical era cortado con cuchillo de obsidiana y la sangre del cuchillo era colocada sobre una mazorca de maíz, la cual se desgranaba y cultivaba como algo sagrado. La primera cosecha servía para alimentar al hijo o hija.
Los mayas denominaron un parto como «la hora de la muerte». Sin embargo, el nombre no era para dar mal augurio, sino para reconocer el peligro que conllevaba dar a luz. Sus creencias consideraban al parto como el combate de la madre y su bebé, quien provenía del cielo, contra los señores del inframundo para poder nacer.
Metafóricamente, era necesario que parte del ser muriera en el vientre, para que el nacimiento produjera una nueva vida, «muerte de la semilla para que la planta nazca».
Es importante mencionar que si era una niña, la placenta y el cordón umbilical eran enterrados dentro de la casa porque su lugar era en el hogar. Si era niño, se entregaba a los guerreros o se enterraba fuera del hogar, debido a que el lugar del hombre era en la guerra o en la agricultura.
La «diosa Ixchel o Ixchéel», diosa de la luna, amor, gestación, agua, trabajos textiles y la medicina, era a quien le oraba la mujer. Pedía que le fuera concedido muchos hijos, y al tener gemelos se consideraba predilecta de dicha diosa.
La cultura maya consideraba la muerte de una mujer durante el parto como una «guerrera caída», se creía que había sido convertida en diosa del panteón maya local.
