Implantación Embrionaria

La implantación embrionaria es el proceso por el que el embrión, que ya tiene unos 7 días desde su fecundación, se adhiere al endometrio y da inicio a la gestación. Después de esto, el embrión comenzará su desarrollo y el de las estructuras que permiten su nutrición, como la vesícula vitelina y la placenta.

Además, también empezará la síntesis de la hormona beta-hCG y la mujer sentirá los primeros síntomas del embarazo.

Por otro lado, para que el embrión pueda implantar en el en el endometrio y dar lugar a un embarazo evolutivo es esencial que esta capa uterina adquiera unas características determinadas de grosor y aspecto.

Condiciones para la implantación

La implantación embrionaria no se consigue en todos los ciclos menstruales aún habiendo mantenido relaciones sexuales sin protección durante los días fértiles. Es necesario que se cree el ambiente uterino adecuado, donde el endometrio y el embrión puedan interactuar.

Así pues, la implantación tampoco es 100% segura en los ciclos de reproducción asistida, aunque la fecundación haya tenido lugar en el laboratorio y se transfieran embriones de buena calidad.

A continuación, vamos a comentar los factores más importantes para que tenga lugar la implantación de un embrión y con ello se consiga el embarazo.

Factores relacionados con el embrión

Para que un embrión pueda unirse al endometrio, es necesario que se encuentre en estadio de blastocisto. En este momento de su desarrollo, cuenta con unas 200-400 células y está formado por dos partes bien diferenciadas:

Masa celular interna

Es lo que finalmente dará lugar al embrión.

Trofoectodermo

Son las células más externas que formarán la placenta y otros anexos embrionarios.

Además, antes de la implantación el blastocisto también debe haberse desprendido de su zona pelúcida, la capa externa que lo rodea, y haber alcanzado su grado máximo de expansión: el blastocisto eclosionado.

Desarrollo e implantación del embrión en el útero

Otro factor muy importante que determinará si hay implantación es la calidad embrionaria, la cual solamente puede evaluarse en los pacientes que se someten a un tratamiento de fecundación in vitro (FIV).

Por otra parte, en los ciclos donde la fecundación se produzca de manera natural en las trompas de Falopio, también tiene que ocurrir el correcto transporte del embrión desde la trompa hasta el útero.

Factores relacionados con el endometrio

El endometrio es la capa más interna del útero, la cual se renueva en cada ciclo menstrual con el objetivo de alojar al embrión en el transcurso del embarazo. Por esta razón, si no tiene lugar la implantación, el endometrio se descama y se elimina cada mes en forma de menstruación.

A lo largo del ciclo menstrual, el endometrio se va engrosando poco a poco y va sufriendo cambios gracias a la acción de las hormonas sexuales femeninas: los estrógenos y la progesterona.

Para que pueda ocurrir la implantación embrionaria, es necesario que el endometrio se encuentre receptivo. Esto se consigue cuando su grosor endometrial se encuentra entre los 7-10 mm y su aspecto es trilaminar.

Crecimiento y características del endometrio para la implantación

Además de esto, también es necesario que se expresen ciertas moléculas en el útero, como las citoquinas, integrinas, moléculas de adhesión y factores de crecimiento, que son las encargadas de mediar un estrecho diálogo con el embrión.

¿Cuándo ocurre la implantación?

Como ya hemos dicho, la anidación del embrión únicamente tendrá lugar cuando el endometrio sea receptivo. Este momento del ciclo menstrual se conoce como ventana de implantación y tiene una duración aproximada de 4 días.

En la mayoría de mujeres, la ventana de implantación comprende desde el día 19 hasta el día 21 del ciclo menstrual. En este momento, si ha habido fecundación, el blastocisto tendrá unos 6 o 7 días y estará preparado para implantar.

¿Cuál es el momento de la ventana de implantación?

No obstante, hay mujeres con la ventana de implantación desplazada, lo cual puede dar lugar a fallos de implantación y esterilidad.

En definitiva, la implantación se produce en un momento concreto del ciclo menstrual, cuando el endometrio pasa de un estado no receptivo a receptivo bajo la influencia hormonal y existe una sincronía entre embrión y endometrio.

Fases de la implantación

Una vez establecido el diálogo entre el embrión y el endometrio materno, da comiendo la implantación o anidación embrionaria, que suele tener lugar en el tercio medio de la cara posterior del útero.

Fases de la implantación embrionaria

El proceso de implantación embrionaria no resulta doloroso para la mujer. Sin embargo, es posible que la mujer sienta molestias similares a la de la menstruación durante la implantación del embrión en el útero.

A continuación, vamos a describir cada una de las fases en las que se divide este periodo de implantación.

Eclosión y precontacto

Sobre los días 5 y 6 de desarrollo, el embrión comienza a eclosionar hasta que se desprende de su zona pelúcida, la membrana externa proteica que lo protege en sus primeros días tras la fecundación.

A medida que el embrión va aumentando su tamaño, la zona pelúcida se va adelgazando hasta que finalmente se rompe. Finalmente, el embrión logra salir de ella a través de una serie de contracciones y comienza a interactuar con el endometrio.

Eclosión del embrión y precontacto

En las pacientes que se encuentren en tratamiento de FIV, es posible transferir al útero blastocistos ya eclosionados, bien porque la eclosión ha sucedido en cultivo o bien porque se ha realizado una eclosión asistida. El hatching o eclosión asistida puede favorecer la implantación embrionaria.

Aposición

Durante esta fase, el embrión busca su posición sobre el tejido endometrial y permanece inmóvil mientras se orienta, de manera que su masa celular interna apunte hacia el endometrio para permitir más adelante la adecuada formación de la placenta.

Aposición del embrión

Aquí juegan un papel muy importante los llamados pinópodos: unas proyecciones citoplasmáticas de las células epiteliales endometriales que ayudan al blastocisto a entrar en contacto.

Está comprobado que estos pinópodos son claros marcadores morfológicos de la receptividad endometrial y sólo aparecen durante la ventana de implantación, desapareciendo alrededor del día 24 del ciclo.

Adhesión

El trofoectodermo del blastocisto se adhiere al epitelio endometrial y queda unido gracias a la acción de las moléculas de adhesión: integrinas β1, β3 y β4, L-selectinas, proteoglucanos, fibronectinas, etc.

Adhesión del embrión

Esto sucede unos 7 días tras la fecundación, cuando el blastocisto ya tiene un diámetro de 300-400 µm.

Invasión

El blastocisto, más concretamente el trofoblasto o trofoectodermo embrionario, prolifera hacia el endometrio, desplaza a las células epiteliales y finalmente invade el estroma endometrial, haciendo contacto con la sangre materna.

Todo este mecanismo de invasión está controlado por las citoquinas, unas moléculas que actúan como mediadores de la implantación y permiten el diálogo entre el embrión y el endometrio.

En respuesta a este diálogo, el blastocisto se activa e inicia la diferenciación del trofoblasto en citotrofoblasto y sincitiotrofoblasto.

Invasión del embrión

Concretamente, el sincitiotrofoblasto es el que adquiere la capacidad invasiva. Sintetiza enzimas proteolíticas como las serinproteasas, metaloproteasas y colagenasas que rompen la membrana basal del epitelio endometrial y permiten la entrada completa del blastocisto.

Esta destrucción del endometrio durante la penetración del sincitiotrofoblasto es la causante del ligero sangrado vaginal que sufren algunas mujeres y que puede confundirse con una menstruación anormal. Es el conocido sangrado de implantación.

Aunque a simple vista puede parecer sencillo que un blastocisto se implante en el endometrio materno, este proceso es de gran complejidad y todavía no se conoce por completo.

Síntomas de la implantación embrionaria

Como hemos comentado, una vez que el embrión invade el endometrio y penetra en él, se produce un pequeño sangrado conocido como sangrado de implantación. Este manchado es más ligero que el propio de la menstruación y, además, su duración es más corta. Sin embargo, muchas mujeres confunden el sangrado de implantación con el de la menstruación.

Otro cambio que también sucede tras la implantación del embrión es el aumento de los niveles de hormona gonadotropina coriónica humana o hCG, así como los niveles de estrógenos y progesterona. Por ello, las mujeres pueden sentir náuseas, cansancio, sensibilidad en los pechos, etc. como consecuencia de la implantación embrionaria y de los cambios hormonales.

Posibles síntomas tras la implantación embrionaria

No obstante, la ausencia de síntomas tras la implantación embrionaria no significa nada malo. Cada mujer es diferente y no tener molestias no quiere decir que no se haya producido la implantación.